domingo, 27 de junio de 2010

El Problema de la Realidad



"¿Qué es la realidad?, ¿Qué es esto?. Una pregunta a la vez tan genérica como inevitable para un ser humano puede responderse desde la ciencia o ser convertida en un problema filosófico.

Desde la ciencia nos interrogamos sobre la estructura y el funcionamiento del mundo físico. A lo largo de la historia de la ciencia tras las respuestas que se han dado subyacen distintos modelos generales de lo que pueda ser la naturaleza (cosmovisiones científicas) que se han ido sucediendo y a veces combinando. Se ha concebido al universo como un gran ser vivo donde cada parte tiene su función y una finalidad determinada por el todo; se ha entendido, otras veces, como un gran fractal matemático donde cada parte es una representación a escala del todo y donde todo está atravesado por fuerzas y relaciones de carácter mágico; otras, se ha pensado como una gran máquina donde los engranajes férreamente encadenados siguen un orden preciso y un funcionamiento matemáticamente exacto; para en nuestros días llegar a considerar que la apariencia del mundo que nos rodea depende de nuestro estado de movimiento, es decir, es relativa a este movimiento, y el funcionamiento mismo de la realidad física hace que sea imposible conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula según se afirma en el principio de indeterminación de Heisenberg.

Cuando de la realidad se hace un problema filosófico no adentramos en el terreno de una de las disciplinas filosóficas, la metafísica. Aborda ésta el estudio del Ser, no como las ciencias centrándose en un aspecto de él, sino en su máxima generalidad. Se trata de determinar las características generales de todo cuanto existe, ¿qué es lo que hace que lo podamos considerar como real?. Se abre aquí una cuestión metafísica fundamental: ¿en qué medida la realidad es fruto del sujeto o lo es con independencia de él?, es decir, ¿en qué medida la realidad es un producto de nuestra mente?. También analizaremos algunos de los problemas fundamentales de la metafísica occidental que tradicionalmente han girado en torno a tres grandes objetos: el yo o alma (¿tiene algún sentido la existencia?, ¿somos libres?), el mundo como totalidad (¿existe desde siempre o tuvo un inicio?, ¿reina en él el más férreo determinismo o todo es fruto del azar?, ¿es simple o compuesto?, etc.) y Dios (¿existe?, ¿se puede demostrar su existencia?, ¿qué sentido y qué origen tiene plantearse la existencia de Dios?).

¿Se puede llegar a responder de forma definitiva y categórica a estas cuestiones?, ¿Qué sentido tiene hacerse estas preguntas? Tanto en el caso de la perspectiva científica como en el de la filosófica nos cuestionaremos tanto el valor de las respuestas dadas como el de las preguntas formuladas." ("Apuntes de Filosofía" - Dr. José Vidal González Barredo)






sábado, 19 de junio de 2010

El Mito


"Los seres humanos tendemos a formularnos preguntas acerca de nuestra existencia y acerca del mundo que nos rodea...¿De dónde venimos?, ¿cuál es el origen del mundo?, ¿cómo surgieron el cielo, la tierra, los valles y las montañas? ¿cuándo y por qué empezó a transcurrir el tiempo en el mundo que habitamos?.

Ciertamente el hombre ha intentado abordar estas preguntas desde la filosofía pero no sólo a ella ha recurrido en busca de iluminación, también a través del discurso mítico ha tratado de dar respuesta a estas interrogantes.

El mito es una forma alegórica y mágica de concebir el mundo y el origen de los hombres y sociedades. ëste permite, a quien cree en él, dar una explicación a su origen, saber cuál es su puesto en el mundo y cuál será su destino. Para dar ejemplos de concepciones del mundo de carácter mítico, a menudo se recurre a los mitos griegos. Sin embargo, nosotros podemos remitirnos de modo especial a los de nuestro Antiguo Perú, entre los que encontramos mitos como el de Viracocha, el de Pachacamac, el del dios Kon y otros, que son genuinas concpeciones del mundo y del hombre" ("Filosofía" - Luis Piscoya)

"En un principio no había nada de lo que hoy se conoce, en la forma que hoy se lo conoce: Ni árboles, ni hombres, ni piedras. Nada. Había un vacío gigantesco llamado Caos (Hueco, abertura). En ése Caos, todo estaba en un constante desorden, dónde las cosas caían eternamente sin dirección. La primera en despertar, y ordenarse en ése caos, fué Gea (La Tierra) quién se acostó en el caos, y así se quedó, dándole forma al piso dónde en algún momento caminarían hombres, Dioses y héroes. El segundo en despertar fué Urano (el Cielo) quién se ubicó por encima de Gea, y se convirtió en su esposo. Algunas versiones, dicen que Urano era en realidad hijo de Gea y luego terminó siendo su pareja. Ambas versiones son correctas, como expliqué más arriba (las contradicciones). Terminaron siendo esposos por el despertar de otro Dios, Eros (Atracción sexual) quién los unió. A su vez, en ésta recién creada escena, surgieron los hermanos Nix (la noche) y Erebo (la oscuridad), y Tártaro (el Abismo). Los hermanos también concibieron a Éter (la luz celeste) y Hemera (el Día, la luz terrestre) Entonces ésta escena comenzaba a tener sentido, y es así que el caos terminó convirtiéndose en Cosmos (órden). El poder de Eros, logró que Gea y Urano tuviésen algunos hijos, los titanes: Océano (el océano mundial), Ceo (La inteligencia y Adivinación), Crío (Los rebaños), Hiperión (la Observación), Jápeto (Padre de Prometeo, es el ancestro de la raza humana), Tea (La vista), Rea (Diosa del parto, asistía a las embarazadas al momento de concebir), Temis (Órden, Leyes y Costumbres), Mnemósine (la memoria), Febe (el Intelecto), Tetis (Esposa de océano, Diosa titánide de los Rios) y el más chico, Cronos (El tiempo)." ("Teogonía" - Hesíodo)

viernes, 18 de junio de 2010

Mitología Andina




"Dentro de la vasta mitología que configura el pensamiento quechua, existen muchos sobre el origen del hombre andino. Los mitos más recurrentes afirman que los hombres surgieron espontáneamente de sus pacarinas o lugares de origen. En las leyendas y relatos orales, los indígenas afirman hasta hoy provenir de fuentes, cerros, lagunas o cuevas.

Sin embargo en las crónicas -redactadas a partir de testimonios del siglo XVI para adelante- fueron los supremos dioses los que crearon a los hombres. No se sabe si junto a estos mitos ya existía la "idea" de la concepción del universo en tres niveles: Hanaq pacha (el mundo de arriba, donde moran los dioses), Kay pacha (la tierra o el mundo de los vivos), y Uku pacha (el subterráneo o mundo de los muertos).

Manco Capac y el Reino Inca.-

Para muchos estudiosos, el periodo Inca comienza con la pareja conformada por Manco Cápac y Mama Ocllo que ya no son deidades creadoras, sino los civilizadores hijos del Sol y, por lo tanto, intermediarios con los hombres. Surgidos por mandato divino -de las espumosas aguas del lago Titicaca- llegan al mundo para enseñar a los hombres los diversos oficios y el culto solar. Tanto el emperador Intip Churin (hijo del Sol) como el Purun runa (simple mortal), tenían fundamentalmente dos deidades: El Sol (dios visible y generador de todo lo existente), y el temido Pachacamac (deidad invisible pero presente). Sin embargo, el panteón de los dioses andinos tiene numerosas deidades menores y locales, igualmente venerados con fervor.

Así, se tiene a las Huacas (corporizadas en hombres, montañas, ríos, animales, frutos, rocas); Mamacocha (el mar); Illapa (el trueno); Pachamama (la madre tierra); Mamaquilla (la madre luna); Apu (el espíritu de las montañas), etc. Asimismo, los incas distinguían tres niveles espaciales donde moraba todo: Hanaq Pacha, mundo de arriba, donde vivían los antiguos creadores, los constructores; Kay Pacha, este mundo, habitado por los hombres, los animales, la naturaleza; Uku Pacha o el mundo de abajo, donde moran y viajan los muertos.


La Leyenda de los Hermanos Ayar .-

"Después de un diluvio, y cuando las aguas volvieron a su cauce normal, el dios Sol dio vida a los primeros mortales que se originaron en Pacarictambo o "morada de la procreación". Allí, en las altas cuevas de Tamputoco o "recinto de las ventanas" habían tres socavones: Maras Toco "cueva salada", Sutic Toco "cueva húmeda" y Capac Toco "cueva de la abundancia".

De las dos primeras salieron las etnias Maras y Tambos, sin dejar mayor progenie en el mundo, y de la última descendieron los hermanos Ayar, los hijos preferidos del Sol. Como la misión era poblar el mundo, el dios Sol les confirió una mujer a cada hermano. Así, Ayar Manco -el mayor- tuvo como esposa a su propia hermana Mama Ocllo; Ayar Auca a Mama Huaco; Ayar Uchu a Mama Raura, y Ayar Cachi a Mama Cora.

Ordenados por su padre, los hermanos se encaminaron hacia el Sur, pero en la larga travesía por los páramos y los llanos andinos, el temperamento rebelde e incontrolable de Ayar Cachi -el menor- exacerbó el recelo de sus hermanos que utilizando un ardid hacen que Cachi vuelva a Tamputoco donde es encerrado para siempre.

Dicen que la fuerza de sus gritos hizo brotar los manantiales y discurrir los ríos. Alcanzados por la maldición del hermano menor, Ayar Uchu se convirtió en una montaña pétrea; Ayar Auca pereció ahogado en un río, y solamente Ayar Manco y sus hermanas viudas llegaron al Cusco."
(Recopilación y versión de Odi Gonzales)