"No pocas personas preguntan y se preguntan: ¿Por qué y Para qué existe la filosofía si no tiene utilidad práctica, ni contribuye a resolver los problemas concretos y acuciantes que el ser humano enfrenta día a día para vivir y sobrevivir?
Junto a estas preguntas correspondería, no obstante, preguntar y preguntarse: ¿Por qué la filosofía ha sobrevivido durante tres mil años a la acción corrosiva e implacable del tiempo y a los cataclismos de la historia?
Quizás la respuesta sea que la filosofía más que útil es necesaria porque su finalidad no se agota en las soluciones inmediatas, sino que busca la visión estratégica de las cosas y los acontecimientos, los rasgos generales de los hechos particulares, lo universal que vive y subyace en lo singular, lo permanente que sobrevive a los cambios y lo esencial que trasciende a lo accidental. De ahí su dificultad y su grandeza.
La filosofía es camino. “Filosofar, expresa Karl Jaspers, quiere decir ir de camino...” Es la búsqueda de la verdad que existe en todos los tiempos históricos; para ello debe develar, desocultar. Aletheia llamaban los griegos a ese gesto de la conciencia, la intuición y la razón, que significa quitar el velo que cubre.
Pero sobre todo, la filosofía es pregunta y vive en la pregunta por el ser y el existir, en la incógnita alojada en la raíz de la vida, y en la búsqueda de la sabiduría que es mucho más que conocimiento. Mientras haya pregunta habrá filosofía.
Claro que la pregunta cambia con los cambios que se producen en la historia. Antes de Sócrates, los llamados filósofos presocráticos se interrogaban sobre la naturaleza y su pregunta era: ¿Qué es el mundo? En el siglo V antes de Jesucristo, Sócrates cambió la pregunta y ésta fue: ¿Qué es el ser? ¿Quién soy? Sé lo que eres, decía Píndaro, pero el problema es saber lo que somos y es ahí, desde Sócrates, donde la filosofía aparece como una necesidad de la vida.
La pregunta cambia, cuando cambia el centro de interés de las cosas en cada tiempo y circunstancia. De esa forma, la filosofía ha tratado de dar respuesta a las grandes preguntas de cada tiempo. A las matemáticas en Grecia a partir del siglo VI a.C.; a la política y al ser, en el siglo V; a la teología, en tanto estudio de las relaciones entre Dios y los seres humanos, en la Edad Media; a la tarea de fundamentar las ciencias naturales, entre el siglo XVI y el siglo XIX; y a la historia, mediante la búsqueda de una explicación racional de los acontecimientos humanos, a partir del siglo XVIII.
Junto a estas preguntas correspondería, no obstante, preguntar y preguntarse: ¿Por qué la filosofía ha sobrevivido durante tres mil años a la acción corrosiva e implacable del tiempo y a los cataclismos de la historia?
Quizás la respuesta sea que la filosofía más que útil es necesaria porque su finalidad no se agota en las soluciones inmediatas, sino que busca la visión estratégica de las cosas y los acontecimientos, los rasgos generales de los hechos particulares, lo universal que vive y subyace en lo singular, lo permanente que sobrevive a los cambios y lo esencial que trasciende a lo accidental. De ahí su dificultad y su grandeza.
La filosofía es camino. “Filosofar, expresa Karl Jaspers, quiere decir ir de camino...” Es la búsqueda de la verdad que existe en todos los tiempos históricos; para ello debe develar, desocultar. Aletheia llamaban los griegos a ese gesto de la conciencia, la intuición y la razón, que significa quitar el velo que cubre.
Pero sobre todo, la filosofía es pregunta y vive en la pregunta por el ser y el existir, en la incógnita alojada en la raíz de la vida, y en la búsqueda de la sabiduría que es mucho más que conocimiento. Mientras haya pregunta habrá filosofía.
Claro que la pregunta cambia con los cambios que se producen en la historia. Antes de Sócrates, los llamados filósofos presocráticos se interrogaban sobre la naturaleza y su pregunta era: ¿Qué es el mundo? En el siglo V antes de Jesucristo, Sócrates cambió la pregunta y ésta fue: ¿Qué es el ser? ¿Quién soy? Sé lo que eres, decía Píndaro, pero el problema es saber lo que somos y es ahí, desde Sócrates, donde la filosofía aparece como una necesidad de la vida.
La pregunta cambia, cuando cambia el centro de interés de las cosas en cada tiempo y circunstancia. De esa forma, la filosofía ha tratado de dar respuesta a las grandes preguntas de cada tiempo. A las matemáticas en Grecia a partir del siglo VI a.C.; a la política y al ser, en el siglo V; a la teología, en tanto estudio de las relaciones entre Dios y los seres humanos, en la Edad Media; a la tarea de fundamentar las ciencias naturales, entre el siglo XVI y el siglo XIX; y a la historia, mediante la búsqueda de una explicación racional de los acontecimientos humanos, a partir del siglo XVIII.
La filosofía ha creado un mundo; el abuso que de sus ideas ha hecho el poder, lo ha destruido. Su función constructora y reconstructora ha estado en la esencia misma de los acontecimientos históricos, ante los que hoy enfrenta el reto de dar sentido a la vida frente a los demonios de nuestro tiempo: la barbarie del terrorismo, el flagelo globalizado de la droga y la miseria, la deshumanización del mercado absoluto y del capitalismo corporativo transnacional, la concentración sin precedentes del poder político, militar y financiero, la sustitución del Derecho Internacional por la “guerra preventiva” y la instalación de la idea del Leviatán de Hobbes de la “guerra de todos contra todos” y del “hombre lobo del hombre”.
Las preguntas de la filosofía en nuestro tiempo son: ¿Qué es el mundo en el que vivimos? ¿Qué es el ser humano en ese mundo? ¿Qué significan los demonios que éste ha creado? La filosofía es alternativa a la ciega brutalidad de nuestro tiempo, razón al servicio del humanismo, para restituir los valores perdidos de libertad, solidaridad y humanidad y ética que se pregunta por la acción del hombre y nos propone los fines y los medios llamados a dar sentido y dirección a la historia de nuestro tiempo". ("Las preguntas de la filosofía" - Alejandro Serrano Caldera)
Las preguntas de la filosofía en nuestro tiempo son: ¿Qué es el mundo en el que vivimos? ¿Qué es el ser humano en ese mundo? ¿Qué significan los demonios que éste ha creado? La filosofía es alternativa a la ciega brutalidad de nuestro tiempo, razón al servicio del humanismo, para restituir los valores perdidos de libertad, solidaridad y humanidad y ética que se pregunta por la acción del hombre y nos propone los fines y los medios llamados a dar sentido y dirección a la historia de nuestro tiempo". ("Las preguntas de la filosofía" - Alejandro Serrano Caldera)